EL ESTADO, COMO CATEGORIA HISTORICA

 

EL ESTADO, COMO CATEGORIA HISTORICA

Por: Polibio de Arcadia

1. INTRODUCCIÓN

De la Ciudad-Estado griega, al Territorio-Estado de la Paz de Wesfalia, al concepto de Estado-Nación de Maquiavelo referente  a aquel ordenamiento político permanente, garante de la paz, al interior de una nación[1] a Rousseau tuvieron que pasar una serie de acontecimientos que conllevan a señalar la importancia de que el Estado es una categoría histórica.

De Ahí que  al hablar de “Estado” como lo conocemos hoy día, es necesario hacer una descripción de la génesis del Estado y su poder, implicando relatar la propia historia de su construcción.

La categorización histórica de las formas concretas de Estado es valga la redundancia al mismo tiempo la historia del Estado como concepto teórico-práctico y como proceso evolutivo de la sociedad a la par de esta.

Es decir, Estado y sociedad no son entes aislados, como bien apunta Hernán Ouviña “El sentido común nos traicionaría si intentáramos  esbozar una definición de ambos sectores concibiéndolos como monadas aisladas que entran en contacto de manera casual: sociedad como sumatoria  de un conjunto de individuos, Estado en tanto el gobierno en ejercicio de sus funciones.”[2]

Por ello de manera preliminar estaríamos respondiendo a la cuestión ¿De qué realidad social  pretende dar cuenta el concepto de Estado? Donde conforme a lo expuesto por Rousseau a través del contrato social se pasa, de un trato de súbditos a ciudadanos, donde todos son iguales jurídicamente hablando con derechos y obligaciones.

Sentando las bases de una nueva realidad social, por ello, como el Estado es el producto de la actividad humana, pues en su esencia se compone de un conjunto de relaciones con los hombres, donde nos preguntamos ¿Por qué debe de existir el Estado? ¿Por qué debe existir el Estado con su poder coactivo? ¿Por qué debe el individuo someter su voluntad a la de otro? ¿Por qué y en qué medida debe el hombre sacrificarse a la comunidad?

Si contestamos estas preguntas, habremos encontrado la razón de ser del Estado y de su interrelación social: el apoyo de su existencia, en vista de que “sucede que el Estado no existió siempre, no es un dato ´dado ‘en el orden de las cosas; sino  que, por el contrario, estamos ante un epifenómeno que aparece como consecuencia de una evolución cultural de los pueblos.”[3]

En suma: se advierte la presencia del Estado en la vida social a través de diversas manifestaciones: gobierno, autoridad, orden público, orden jurídico, etc. En palabras de Herman Héller: “El Estado no es posible sin la actividad conscientemente dirigida a un fin, de ciertos hombres dentro de él. Los fines establecidos por estos hombres actúan causalmente sobre otros hombres como elementos motivadores de sus voluntades.”[4]

Por ello, en el presente ensayo, a través del recorrido histórico que se hará para analizar el desarrollo de lo que se llama hoy día Estado, donde el concepto de la realidad social, esta conjuntamente con la creación del Estado, es decir, sin seres humanos no hay Estado, dentro de una realidad social que paso de esclavos, a siervos y de ahí a ciudadanos. En cada categorización histórica se verá siempre presente el ciudadano y la realidad social imperante de acuerdo a ese contexto histórico.

2. DEFINICION DE ESTADO

Antes de entrar a la categorización histórica del Estado habría que definir ¿Qué es el Estado? Definiciones hay muchas, cada una tiene su razón, pero revisando encontré la que a mi juicio se acerca más a la definición certera cuando hablamos de eso que llaman Estado y en la misma definición tenemos los elementos constitutivos del Estado.

“El Estado es una sociedad humana establecida en el territorio que le corresponde, estructurada y regida por un orden jurídico, que es creado, definido y aplicado por un poder soberano, para obtener el bien público temporal, formando una Institución con personalidad moral y jurídica.”[5]

Luego entonces, los elementos analíticos del Estado son:

a) Una sociedad humana; que si bien así sin más se podría argumentar que en la Ciudad-Estado de los griegos igual era una sociedad humana, ¿Cuál es la diferencia? Esta estriba en que en la Ciudad-Estado no todos eran iguales jurídicamente hablando y no tenían un objetivo homogéneo.

Como señala Francisco Porrúa “no vivimos aislados, sino en unión de otros seres humanos a los que estarnos vinculados por los diversos lazos de la solidaridad, unión de esfuerzos, división de tareas, etc., y las formas mentales colectivas, lenguaje, religión, costumbres, nacionalidad, etc.”[6]

b) Establecida en un territorio que le corresponde; el cual tiene unos límites precisos, en el interior de los cuales el Estado ejerce sus poderes. El territorio marca los límites de la actividad estatal y de la actividad de un Estado.

c) Que se encuentra regida por un orden jurídico; el llamado Contrato Social o Constitución del Estado, que está regido como la norma suprema, por las leyes, por las normas jurídicas del poder ejecutivo, como los reglamentos, y otras regulaciones, como los tratados, convenciones, contratos y disposiciones.

d) Que es creado, definido y sancionado por un poder soberano; el ejercicio de ese poder se manifiesta por el derecho que tiene el Estado para imponer su mandato a un particular o a una colectividad.

Esto tiene relación directa con la soberanía, como concepto político-jurídico. Es decir, con el poder de mando en una sociedad política.

e) Que pretende obtener el bien público temporal; consiste en establecer el conjunto de condiciones económicas, sociales, culturas, morales y políticas necesarias para que el hombre pueda alcanzar su pleno desarrollo material y espiritual como persona humana, como miembro de la familia, de su empresa o actividad económica o cultural, de la agrupación profesional, del municipio, del Estado y de la comunidad internacional.[7]

f) Que forma una personalidad moral y jurídica, es decir al ser el Estado considerada una agrupación organizada, en vista de un fin el Estado tiene una personalidad moral.

A su vez el Estado como toda agrupación ordenada a su fin social que constituye a la vez regla de su acción y el límite de su competencia, el Estado está sometido a una norma objetiva, que se traduce en términos de derecho positivo y sancionado.

3. PERSONALIDAD MORAL DEL ESTADO

Sin ser parte del corpus de este ensayo, solo precisare de manera breve sobre el debate y rechazo de negarle al Estado una personalidad moral, al confundirlo con una persona per se, siendo que la personalidad moral se da no a una persona en particular, sino al colectivo de personas que se unen con un fin específico, en este caso una sociedad humana asentada en un territorio que conformaran un País

Jean Davin desarrolla interesantes argumentos para destacar que el Estado tiene una personalidad moral, donde señala que las tesis que lo niegan, parten de la idea, de que solo el ser humano individual es apto para constituir una persona, les da la razón, pero argumenta que solo él está dotado de razón y de una voluntad que le pertenecen en propiedad… el individuo humano constituye así una unidad substancial, a la vez distinta y completa que lo califica desde luego para ser una persona, titular de derechos y de obligaciones.[8]

Como ya dije, cuando se habla de la personalidad moral del Estado, se refiere al colectivo de personas que se organizan en un territorio para formar un País, con un jefe de Estado o Jefe de Gobierno, agregaría, que detente esa personalidad moral en nombre del colectivo, no de el mismo.

Aquí Davin señala con un ejemplo “Bélgica es la suma de los belgas agrupados en el Estado belga. Unidos entre sí por el lazo político; la voluntad de Bélgica es la voluntad de todos o de la mayoría de esos individuos, que están unidos entre sí por el lazo político.”[9]

Finalmente, para argumentar de la personalidad moral del Estado, donde ya sea el Jefe de Estado, Primer Ministro, Presidente, etc., que a su vez forman el gobierno, estos son finitos,  tienen un determinado periodo al frente o pueden morir en el transcurso del cargo, ellos trascienden al cargo, pero su actuar al frente no, permanece y trae consecuencias.

Davin señala los compromisos de carácter internacional adquiridos por un gobierno que termino su periodo en un Estado determinado y señala que “si se sostiene, conforme a la realidad estricta, que esos compromisos emanan de la voluntad de las personas físicas que ya no ejercen el gobierno, resultara imposible explicar cómo los gobernantes posteriores permanecen obligados por compromisos que no suscribieron. La dificultad lógica queda suprimida por la creación de este concepto: la persona-Estado, que sería la comprometida y con respecto a la cual los gobernantes de la época no habrían sido más que sus representantes u órganos.”[10]

Lo dejaría hasta aquí, el tema es por demás interesante para analizarlo más a fondo.

4. ANTECEDENTES A LO QUE SE LLAMA ESTADO

La concepción y la terminología del llamado Estado, de acuerdo a la definición ya realizada, tuvo un largo recorrido histórico para su acepción y asimilación, a través de procesos de cambio de pensamiento y mentalidad;  lo resumiré lo más posible señalando primeramente a la Ciudad-Estado o polis de los griegos, la cual como señala George H. Sabine “la mayor parte de los ideales políticos modernos, como por ejemplo, la justicia, la libertad, el régimen constitucional y el respeto al derecho, o al menos sus definiciones, comenzaron con la reflexión de los pensadores griegos sobre las instituciones de la Ciudad-Estado”[11]

Donde, desde un punto de vista político, fue la expresión del más perfecto equilibrio a que los griegos podían llegar entre esos dos factores de la sociedad humana, opuestos y oscilantes, que son el orden y la libertad.

Aristóteles concebía el Estado como una asociación de hombres libres que reconocen un mismo gobierno y que pueden reunirse en asambleas, con tres categorías sociales que eran política y jurídicamente distintas: los esclavos que era una institución universal en el mundo antiguo, el segundo grupo eran los extranjeros residentes o metecos. El meteco como el esclavo, no tomaba parte de la vida política de la ciudad y finalmente el cuerpo de ciudadanos, o sea quienes eran miembros de la polis y tenían derecho a tomar parte en su vida política.[12]

A su vez, el reconocimiento, aceptación y dejar la representación de los intereses de los miembros de la polis, se basaba en lo que Aristóteles señalaba como la convicción de que el Estado debe ser una relación entre ciudadanos libres moralmente iguales, mantenida con arreglo a la ley y basada en el consentimiento y la discusión más que en la fuerza[13]

Sin embargo, ese modelo se derrumbó por diversas razones, uno de ellos al tener como sistema económico y político la autarquía y cerrarse al mundo, como señala el profesor W. S. Ferguson “no podía aislarse sin sufrir el estancamiento en las mismas cultura y civilización que Aristóteles consideraba como su corona de gloria,  Por otra parte, si decidía no aislarse, se veía obligada por necesidad política, a buscar alianzas con otras ciudades, alianzas que no podían tener buen éxito sin disminuir la independencia de sus miembros.”[14]

5. INTERMEDIO

Utilizo este término, tomado de Norberto Bobbio que llama así a la Edad Media que precedió a la  Edad Antigua, que comprende desde el fin del Imperio romano, hacia el siglo v, hasta el siglo xv, donde su sistema de gobierno, de organización económica, social y política era el feudalismo, generando una relación con los detentadores del poder que contaban con importantes cantidades de tierras (feudos) a los que se les llamaba señores feudales y a los que no contaban con nada, que se fueron reuniendo alrededor de un gran señor para que les diera protección a los que se les llamo vasallos.

La realeza, sin desaparecer, ha perdido todo el poder real y efectivo, y sólo conserva una autoridad sobrenatural remarcada por las leyendas que le atribuyen carácter religioso o de intermediación entre lo divino y lo humano, su autoridad viene, a los ojos del pueblo, de Dios, y es materializado e implementado a través de los pactos de vasallaje con los grandes señores, aunque en realidad son éstos quienes eligen y deponen dinastías y personas.

Con la caída del imperio y el surgimiento de los señores feudales, surge después de ser proscrita y perseguida la creencia cristiana, la Iglesia como institución distinta autorizada para gobernar los asuntos espirituales de la humanidad con independencia del Estado.[15]

Aunque cabría decir que aquí no había ningún Estado al, la Iglesia rechazar las diferencias de raza o posición social que surgen en todo Estado y más a un denominando al poder civil como transitorio siendo el gobierno verdadero el de Dios, lo que escribe San Pablo es muy ilustrativo: No hay judíos, ni griego; no hay siervo, ni libre, no hay varón, ni hembra, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.[16]

Como apunta Bobbio, en la Edad Media gran parte de las teorías medievales del Estado tienen una concepción negativa de este,  llama concepción negativa del Estado a la que considera que la tarea esencial del Estado es poner remedio a la naturaleza malvada del hombre, y en la cual el Estado es visto sobre todo como una dura necesidad y es considerado preponderantemente en su aspecto represivo (cuyo símbolo es la espada).[17]

Ya desde los romanos se tenía la idea, (que comparto) de la maldad del ser humano, al señalar que “el problema no es el de si deba haber un gobierno absoluto sino solo el de quien deba ser el déspota. Aun la dependencia de un déspota es preferible a depender del pueblo, ya que la masa de hombres es tan viciosa y corrompida que resulta más despiadada que un tirano”[18] lo cual fue desde Maquiavelo la justificación para la creación de lo que se llama Estado, con las formas de gobierno absolutas en un principio y después con la separación de poderes, las leyes que el gobernante debía respetar, etc.

Para la iglesia como poder político, veía trastocado su poder espiritual, lo que le restaba fuerza, veía al Estado (y lo sigue viendo) como un estorbo. Bobbio apunta: Para quien postula la naturaleza malvada del hombre (el hombre después de la caída, el hombre del pecado original), la tarea del Estado no es promover el bien, sino únicamente tener alejado el desencadenamiento de las pasiones, que haría imposible cualquier tipo de convivencia pacífica, mediante el uso de la espada de la justicia. La salvación del hombre no es promovida por el Estado sino por la Iglesia.[19]

6. EL RENACIMIENTO DEL ESTADO

Sin embargo, este sistema rígido clerical tuvo su  cenit y declive mostrando signos de desmoronamiento durante el siglo XV, como el declive del Sacro Imperio Romano Germánico, el debilitamiento de la Iglesia católica a causa de los cismas y los movimientos heréticos que darían origen a la Reforma protestante.

La adquisición de riquezas y bienes permitieron una cierta movilidad en la escala social, donde la nobleza continuaba siendo propietaria de grandes extensiones de tierra ociosas e improductivas, lo que genero el auge de las ciudades, que significó la aparición de nuevas actividades económicas y el surgimiento de una nueva clase social conocida como la burguesía.

En definitiva, sería el campo de cultivo perfecto para una nueva concepción en el ámbito cultural y político que se conocería como Renacimiento y el principio de lo que se conocerá como Estado primeramente con Maquiavelo.

Como bien señala Luis F. Aguilar Villanueva que la nueva sociedad nacida de la revolución del orden feudal aparece, entonces, como un producto de la razón, misma que, al emanciparse de la fe, de la cultura religiosa tradicional, emancipa a la sociedad en su conjunto y produce (proyecta) una nueva sociedad cuya sustancia y forma, es decir, cuya institucionalización se basa y se centra en el valor supremo de la libertad-derecho natural: del hecho de la emancipación lograda al valor de la libertad institucionalizada jurídicamente. [20]

Sin embargo, para que se diera este nuevo cambio de mentalidad y de ver al mundo sin el dogma teológico, se requirió de un proceso, tuvo que pasar por un cambio en la estructura social. Esto, es un primer punto en donde se requirió modificar la conciencia de fondo y forma para tener éxito y para que este proceso saliera avante se requirió de un sustento histórico, una base de donde partir y esa base fue la ideología, la cual debe ser la misma en todos aquellos que van a formar parte del cambio estructural a fin de evitar resabios que hagan que se venga abajo el edificio.

Otro punto importante en el cual el edificio encuentre sustento, en donde los movimientos de sus miembros no sean dispersos sino en conjunto; este punto es la institucionalización, en donde la relación va cimentada en un aparato legal que le de poder a esta ideología progresista.

Como señala Aguilar Villanueva que los derechos-libertades naturales, que son verdades de razón, encuentran su realización práctica y acabada en la economía de mercado y en el Estado constitucional, en el liberalismo del mercado y del Estado: Capital y Estado soberano de derecho son la verdad de la sociedad y la sociedad verdadera. Racionalidad, laicismo, juridicidad, liberalismo, democracia, constituyen el principio y la verdad de la modernidad.[21]

Esta nueva razón, requirió de un cuerpo nuevo, con ideas nuevas, “de una clase social nueva (...), donde el cimiento jurídico de la sociedad cambio del status al contrato. La uniformidad de creencias religiosas cedió el sitio a una variedad de credos en la que aun para el escepticismo había campo.”[22]

7. NICOLAS MAQUIAVELO Y LA EMERGENCIA DEL TERMINO ESTADO

Cuando Maquiavelo escribe el “Príncipe” y difunde el concepto de Estado, este no tiene el significado que señale líneas arriba, en su libro señala “todos los Estados, todas las denominaciones que ejercieron y ejercen imperio sobre los hombres, fueron y son republicas o principados”[23]

No lo tiene por dos razones, la primera (diré una obviedad) por el contexto histórico, en la época en la que escribe primero que nada, no se han constituido y menos consolidado los Estados-nación en el espacio geográfico de la Europa de la época, aun cuando el feudalismo está en su ocaso, pero existe un elemento que no permite a un su consolidación: el papel de la Iglesia como poder político y de toma de decisiones de estado.

La emergencia de Maquiavelo cuando escribe el Príncipe, (si bien es un texto militante como señala Bobbio, al ser dedicado a Lorenzo de Medicis) es lograr la unidad territorial y política de Italia, a través de la formación de un Estado secular moderno que discipline  tanto a los nobles  feudales como a la Iglesia”[24]

En tiempos de Maquiavelo Italia se encontraba dividida por pugnas internas por culpa de la iglesia que no hacían sino impedir el desarrollo del país convirtiéndolo en cinco grandes estados: el Reino de Nápoles en el sur, el Ducado de Milán en el noroeste, la República Aristocrática de Venecia en el noreste, la República de Florencia y los Estados Pontificios en el centro. Esta división impedía el hacer de Italia un Estado.

Maquiavelo es pues, la figura que sin sentir temor por el “castigo divino”, se atreve a mencionar que se puede desarrollar un estado sin la tutela de la Iglesia y señalaba sin cortapisas que “el primer  servicio que debemos los italianos a la sede papal... será la causa de nuestra ruina a saber, que la Iglesia ha mantenido y mantiene dividida a Italia (...).

Así pues, no habiendo sido nunca la Iglesia suficientemente poderosa para ocupar a toda Italia y no habiendo permitido a ninguna otra potencia que lo haga, ha sido la causa de que Italia no haya podido unirse nunca bajo un solo jefe... de ahí a nacido la desunión y la debilidad que la han llevado a ser presa no solo de bárbaros poderosos sino de quien quiera que la ha invadido”[25]

La segunda razón de porque no tiene el termino Estado, como lo conocemos en Maquiavelo, estriba en el contexto histórico, para él no existe duda de que los orígenes del Estado se remontan al nacimiento de las primeras formas de organización política. Así en palabras del propio Maquiavelo:

“…al principio del mundo, siendo pocos los habitantes, vivieron largo tiempo dispersos, a semejanza  de los animales; después, multiplicándose las generaciones, se concentraron y para su mejor defensa escogían al que era más robusto y valeroso, nombrándole jefe y obedeciéndole.

Entonces se conoció la diferencia entre lo bueno y lo honrado, y lo malo y vicioso, viendo que, cuando uno dañaba a su bienhechor, producíanse en los hombres dos sentimientos, el odio y la compasión, censurando al ingrato y honrando al bueno. Como estas ofensas podían repetirse, a fin de evitar dicho mal, acudieron a hacer leyes y ordenar castigos para quienes las infringieran, naciendo el conocimiento de la justicia, y con él que en la elección de jefe no se escogiera ya al más fuerte, sino al más sensato y justo.”[26]

Para Maquiavelo, el termino Estado tenía más que ver con la centralización del poder del Príncipe y las leyes para mantener el orden establecido, para evitar el llamado Estado de Naturaleza, que es aquella situación del hombre antes de la instauración del estado civil, aunado a las virtudes cristianas que producen un servilismo de carácter.

Como apunta Marcela Echandi Guardián, el principal interés de Maquiavelo al enseñarnos cómo crear y conservar el poder, fue el idear los mecanismos idóneos para defender el orden y los intereses creados en el orden político. Valoró la importancia paralela existente en el orden económico, necesario para mantener las milicias y el aparato gubernamental y también en el orden social, no incomodando a “los grandes” en sus intereses.[27]

Ese poder y primer Estado para Maquiavelo es Florencia, el mismo señala que Florencia merece el nombre de primer Estado moderno del mundo y que se encuentran unidos el pensamiento político más elevado y las formas de desarrollo humano más variadas. En ellas la gente se ocupa de lo que en las ciudades despóticas es asunto de una sola familia. Ese admirable espíritu florentino, a la vez agudamente crítico y artísticamente creador, estaba transformando incesantemente la condición social y política del Estado, y describiendo y juzgando los sucesivos cambios con la misma asiduidad. Florencia llegó a ser la patria de las teorías y doctrinas políticas, de los experimentos y los cambios repentinos...[28]

En segundo término en lo que se refiere al Estado de naturaleza, Maquiavelo como dice Sabine es el teórico del “hombre sin amo”, de una sociedad en la que el individuo se encuentra solo, sin más motivos ni interés que los proporcionados por su propio egoísmo.

Considera ese Estado de Naturaleza es producto de  las “virtudes cristianas que producen un servilismo de carácter (...) a mi juicio esa fácil manera de vivir ha hecho a los pueblos más débiles y les convierte en presa de los hombres malvados que pueden manejarlos con seguridad, ya que ven a la mayoría de los hombres más dispuestos con objeto de ganar el Paraíso a sufrir las injurias que a vengarlas.[29]

8. LA REPUBLICA DE BODIN

En el periodo histórico que le toco a Bodin, el poder político de la Iglesia así como el divino, quedo trastocado, donde se cuestionaba su univocidad, así como el derecho divino de los monarcas, para dar paso a una especie de laicidad y de apertura religiosa donde se aceptaban otros credos.

Es en este contexto que nace su libro la Republica, donde da un concepto, señalando que es  “el justo gobierno de muchas  familias y de lo que es común a ellas, con suprema autoridad.”[30]

Como puede verse, cuando se refiere a un grupo de familias, está hablando del rey y su poder absoluto y hereditario, sin embargo, como señala Sabine, la Republica es una defensa de la política frente al partidismo religioso, para quitarle ese derecho divino.[31]

Este libro constituyo la principal producción intelectual de un grupo ya creciente de pensadores moderados, conocidos con el nombre de “políticos” (politiques), que veían en el poder regio el soporte fundamental de la paz y el orden y que, en consecuencia, trataban de elevar al rey, como centro de la unidad nacional, por encima de todas las sectas religiosas y partidos políticos.[32]

Adicionalmente, los “políticos” junto con Bodin a diferencia de Maquiavelo, no veían en la religión un estorbo, sino que ven que no siempre el príncipe va a poder controlar a las masas, si les impide creer en sus fantasmas lo que originaría un resquebrajamiento en la estructura de la nación; sino que opta por tolerar a la religión y a otras que están surgiendo.

Si bien la mayoría de este grupo era católico, ante todo eran nacionalistas, por tanto defendían la política de salvar del naufragio lo que se pudiera salvar; permitir las diferencias religiosas que no podían deshacerse y mantener unida la nacionalidad francesa aunque se perdiera la unidad de la religión.[33]

Otro elemento de su Republica de Bodin, es el término de “Soberanía” que si bien el poder sigue siendo hereditario al describir que “se entiende por soberanía el poder absoluto y perpetuo de un Estado”[34] y no a través de los mecanismos que hoy conocemos como el voto y donde la soberanía reside en el pueblo, como dice la Constitución Mexicana y que está el pueblo la delega en los Poderes de la Unión de lo que se llama Republica.

Sin embargo es un elemento importante en el desarrollo del Estado y en una limitante en el poder del rey, aun siendo un poder absoluto y hereditario Esa soberanía a diferencia de Maquiavelo encuentra sustento jurídico (no aplicable al soberano) el cual es supremo, es perpetuo a diferencia de cualquier consecución de poder limitada a un periodo determinado de tiempo.

Es un poder no delegado o delegado sin límites o condiciones. Es inalienable y no está sometido a las leyes.

A esa soberanía reside en el rey, el cual consulta con sus consejeros, pero los dictámenes de estos no son imperativos y el monarca no está obligado jurídicamente por ello.[35]

Con todo eso, contrariamente como señala Bobbio, a lo que comúnmente se cree, poder absoluto no quiere decir de ninguna manera poder ilimitado, simplemente significa que el soberano, siendo el detentador del poder de hacer leyes valederas para todo el país, no está sometido a esas leyes, porque no es posible mandarse a sí mismo.[36]

Sin embargo Bodin, no extiende un cheque en blanco al soberano, y que este decida sobe la vida y posesiones de los demás, estaría con ello violando su derecho soberano a las relaciones privadas como las de propiedad ya que siguiendo la concepción romana de que la jurisdicción del Estado concluye en los umbrales del hogar, con esto trata de decir que el soberano no puede intervenir en los asuntos íntimos de sus súbditos.

Bodin estimaba que el soberano no podía ser dueño absoluto de todo como ocurría con el señor feudal pues la consideraba “como atributo de la familia. La familia es la esfera de lo privado, el Estado la de lo público o común de ahí a que aspire a una radical separación de los dos.”[37]

Cada autor escribe conforme la cosmovisión que le toco, desarrolla sus postulados en base a su realidad imperante en su tiempo, Bodin no podía ser la excepción y en su Republica con su soberanía y el respeto a lo público y lo privado, al hablar de Estado y las formas de gobierno.

En lo que tiene que ver con el gobierno mixto para él, el poder no se puede dividir, si bien como señale, poder absoluto no quiere decir poder ilimitado, este se ejerce si y solo si es solo por el monarca, señala “el poder real, el aristocrático y el popular al reunirse no dan por resultado más que una democracia”[38]

Interesante argumento, que recuerda a quienes en la época moderna como Samuel Huntington y otros señalaron que la crisis que azotaba a los Países del Primer Mundo se debía a la sobrecarga de demandas por parte de los ciudadanos hacia el Estado y que la solución era menos democracia, menos política y menos Estado.[39]

Sin embargo,  a un no llegamos al Contrato Social y la Separación de Poderes, pero el aporte de Bodin es enorme en la conformación y estructura del Estado.

 

9. TOMAS HOBBES Y EL MUNDO LEVIATAN

En 1651, Thomas Hobbes eligió como imagen alegórica del Estado el término Leviatán, una figura bíblica, mitad cocodrilo, mitad monstruo marino que lucha victoriosamente contra su adversario.

Esta metáfora simbolizo para Hobbes una concepción absolutista de lo que se estaba formando y que se denominó Estado, un Estado Absolutista en su modelo, autoritario y univoco.

El Leviatán o más concretamente El Príncipe absoluto, es para Hobbes el que garantiza la unidad y la unidad entre sus súbditos, que sin la coacción soberana, se destrozarían en una continua “guerra de todos contra todos”, en una incurable lucha de los egoísmos particulares.

Todo poder es depositado, por ello, en las manos del Leviatán, para que pueda desarrollar su función de juez supremo y de ejecutor de la paz. El Leviatán, detenta un poder ilimitado sobre los ciudadanos-súbditos, sin estar sometidos a la ley; es legislador, pero no está vinculado por lo que el mismo prescribe; es juez, pero no se le puede juzgar; perseguidor, pero no perseguible.

Para Hobbes lo que controla la vida humana no es un fin, sino una causa, el mecanismo psicológico del animal humano. Las sociedades que surgen del hecho de la convivencia de tales animales son resultantes de sus acciones y reacciones reciprocas. Y las condiciones necesarias para una unión estable entre ellos no son la justicia y la honestidad, sino las causas que provocan un tipo de conducta generalmente.

Ahí estriba su concepto de Contrato Social, donde si quieren estar a salvo del Estado de naturaleza deben someter su voluntad a la del Soberano, el pacto consiste en que los individuos aceptan vivir en sociedad por conveniencia porque sólo así están seguros de que los demás respetarán sus vidas y sus pertenencias, pues los demás harán lo mismo.

El agruparse garantiza que no pueden retornar a la situación natural en la que se agreden y destruyen mutuamente, beneficio nada desdeñable para la mayoría.

Esta es la función del Estado, integrar a los grupos sociales que han acordado cederle la facultad de gobernarlos, si los demás hacen lo mismo voluntariamente, señalando que se hace a “una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos, realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda utilizar la fortaleza y medios de todos, como juzgue oportuno para asegurar la paz y defensa común”[40]

Como puede verse, se observa la univocidad absoluta del Príncipe, al llamar “una persona” al Estado. Para Hobbes, el Estado, es el monarca o soberano en quien depositan la facultad de gobierno. Los súbditos otorgan reconocimiento al Estado porque saben que en virtud del pacto pueden convivir pacíficamente.

Al hacerlo aceptan ciertos derechos y contraen algunas obligaciones (obligaciones no imperantes al Soberano), ante el Estado y entre sí, con el objetivo de poder convivir armónicamente: el Estado garantiza el orden social y fomenta la paz, contribuyendo así a establecer relaciones sociales estables y constructivas.

Para ello Hobbes justifica que para la seguridad del pueblo requiere, además, de aquél o aquéllos que tienen el poder soberano, que la justicia sea administrada por igual a todos los sectores de la población; es decir, lo mismo al rico y al poderoso que a las personas pobres y oscuras, pueda hacérseles justicia en las injurias que les sean inferidas; así como que el grande no pueda tener mayor esperanza de impunidad, cuando hace violencia, deshonra u otra injuria a una clase más baja...[41]

Como se señaló para Hobbes, la soberanía del Estado es indivisible e intransferible. En su tiempo no estuvo de acuerdo en un gobierno parlamentario que divide el poder soberano en Ejecutivo, Legislativo y Judicial al pues apoyar abiertamente la monarquía, sin embargo su modelo sentó las bases en Inglaterra, para tener un Estado con una monarquía constitucional, y con un gobierno parlamentario.

 

 

10. LOCKE EL ARQUITECTO DEL ESTADO

El siglo XVII está casi llegando a su fin, se está por entrar al llamado Siglo del Iluminismo, donde vuelve a existir un segundo renacimiento sin embargo, este va a ser total va a segar a todos aquellos que se resisten al cambio.

Sin embargo, antes de llegar se tiene que terminar este siglo al que se podría bautizar como el Siglo del Pre iluminismo y su principal exponente que porta una vela en la mano para guiarse, para abrirse paso en la estructuración del Estado es Jonh Locke, el cual parece que tiene el poder de la predicción y sabe que el siglo que viene va a ser crucial para todos aquellos monarcas que han detentado el poder durante tres siglos de manera absoluta, casi como una respuesta a lo señalado por Hobbes.

Coincide con Hobbes en el modelo monárquico como forma de gobierno para Inglaterra, pero no de manera absoluta, univoca e impersonal como Hobbes, propone una monarquía renovada para no caer -y lo logro- como más tarde sucedió con Francia que cayó.

Propone que para que el gobierno no tuviera problemas al detentar el poder, este debía ser responsable ante el pueblo o a la comunidad a los que rige, su poder está limitado a la vez por la ley moral y por las tradiciones y convenciones constitucionales inherentes a la historia del reino.

El absolutismo es incompatible con un gobierno legítimo. Locke cree que el gobierno absoluto nunca puede ser legítimo, porque, a su juicio, el absolutismo es peor que el Estado de naturaleza. De forma muy resumida, podemos decir que, desde el punto de vista de Locke, el gobierno sólo puede surgir del consentimiento de las personas a él sujetas.[42]

Un cambio de 360 grados con Hobbes, donde para el cómo señale, el Estado es el soberano, fuera de este, quien no se sujete a su férrea voluntad esta fuera, es anomico. En el modelo Lockeano ser absoluto es peor que el Estado de naturaleza, porque otra diferencia estriba en el sentido de que para Locke, los hombres no son malos por naturaleza sino que el medio es quien los va formando así originando que algunos quieran obtener lo que otros poseen a costa de lo que sea, el  parte de la idea de la igualdad de los hombres, como seres racionales y libres, y busca asegurar el espacio de acción para el ejercicio de la libertad mediante la institucionalización jurídica de iguales libertades.[43]

Solamente en virtud de un acto emanado de su propia libertad un ser humano puede ponerse legítimamente en un estado de sujeción. Ese acto, que se funda en el ejercicio de la voluntad libre, se llama consentimiento. Locke reconocía que cada hombre posee la facultad o el poder de consentir en imponerse a sí mismo algún tipo de sujeción, siempre y cuando no pierda esa facultad, que es inalienable y que ese estado de sujeción sirva para proteger su integridad, posesiones y estabilidad.

Esta es la única fuente de sujeción legítima, es decir, conforme a la ley de la razón. Por lo tanto, cada individuo, en tanto libre e igual, y titular de los derechos que emanan de esta condición natural, está habilitado para establecer sobre sí mismo una sujeción de política, es decir, una sujeción a un poder político.

Pero, para ejercer este poder de consentir en tal sujeción, es necesario que cierto número de individuos también lo ejerzan, y, al hacerlo, constituyan la sociedad civil o política y el régimen político que ellos determinen bajo un gobierno con funciones delegadas y no en una sola persona, incorporándose a una sola comunidad, donde cada cual asume la obligación de someterse a las decisiones de la mayoría.

Locke señala, que en efecto el poder civil no puede tener derecho a existir, salvo en la medida en que deriva del derecho individual de cada hombre. Los poderes legislativo y ejecutivo utilizados por el gobierno para proteger la propiedad no son sino el poder natural de cada hombre puesto en manos de la comunidad o entregado al pueblo, y se justifica solo porque es un modo mejor de proteger los derechos naturales que la acción directa a que todo hombre tiene naturalmente derecho.[44]

Otro elemento que Locke agrega, para terminar por enterrar definitivamente el derecho divino del monarca, donde el poder de gobernar, no es dado por Dios, está basado totalmente en los poderes que le transfirieron los individuos.

Debe existir una separación entre el poder ejecutivo y legislativo, ya que resulta una fuerte tentación el que las mismas personas que tienen el poder de hacer las leyes tengan también el de ejecutarlas.

Es el legislativo el que decide las políticas, ya que es el poder supremo de la república, encaminado a determinar las condiciones del uso legal de la fuerza comunitaria en función de la defensa de la sociedad civil y de sus miembros.

El ejecutivo, encargado de las leyes formuladas por el legislativo, ha de estar “subordinado” y rendir cuentas a él. Las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo reflejan la controversia histórica entre el rey y el Parlamento[45]

11. ROUSSEAU Y SU CONTRATO SOCIAL

 

Continuando con la evolución del Estado, quien lo está por completar y a mi juicio termina de estructurarlo para ser lo que es hoy día es Juan Jacobo Rousseau, quien con su exagerada rebeldía sobre lo establecido, la cual va a hacer que la sociedad del siglo XVIII deje huella en el mundo actual ya que para él, el exagerado poder que Maquiavelo otorgo a los monarcas con el tiempo ya no fue posible tolerarlo, dado que para que una nación funcione el soberano debe de ejercer un poder pleno y no satelital, ya que en tiempos de Maquiavelo el soberano por ser dueño de extensos territorios no podía estar al tanto de lo que ocurría en el mismo.

A diferencia de Hobbes, Rousseau señalaba que el ser humano, en el estado de naturaleza, lleva una vida sencilla, caracterizada por la libertad, la igualdad y la bondad. Vive en una suerte de inocencia originaria, en armonía con los demás individuos.

Y es que el hombre natural es impulsado por el amor a sí mismo, pero también posee sentimientos innatos de simpatía y compasión, por lo que cree que el hombre es bueno por naturaleza.

En el Discurso sobre el origen de la desigualdad, señalaba que aparece la sociedad y ligado a ella la noción de propiedad, que da lugar al egoísmo y la maldad. La unión en sociedades es lo que promueve la propiedad privada, que es el peor de los enemigos de la bondad humana.

Los enfrentamientos entre los hombres tienen lugar siempre que estos conviven en agrupaciones. En ellas la envidia y la codicia por los bienes determinan las relaciones entre los individuos, ocasionando el enriquecimiento de unos y el empobrecimiento de otros. A partir de estas desigualdades, surgen las relaciones despóticas de dominio.

En definitiva, para Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, pero es la sociedad la que le corrompe  ya que “sienten una reacción innata ante el sufrimiento de los demás. La base común de sociabilidad es el sentimiento y no la razón; salvo para el hombre perverso, el sufrimiento donde quiera que se produzca es directamente doloroso. En este sentido los hombres son naturalmente buenos. El egoísta calculador de las teorías no existe en la naturaleza, sino solo en una ciudad pervertida”[46]

Dado que para Hobbes al ser malos los hombres, se requería un monarca que los controlara y si Rousseau dice que no son malos, entonces ¿para qué hay un Estado y gobierno? y se responde que “en tanto que un pueblo está obligado a obedecer y obedece, hace bien; tan pronto como puede sacude el yugo, y lo sacude, obra mejor aún, pues recobrando su libertad con el mismo derecho con que le fue arrebatada, prueba que fue creado para disfrutar de ella. De lo contrario, no fue jamás digna de arrebatársela, pero el orden social constituye un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás. Sin embargo, este derecho no es un derecho natural; está fundado sobre convenciones.”[47] 

Rousseau nos dice con esto que para vivir mejor, para gozar de  los beneficios sociales se requiere de un Estado que a diferencia de Maquiavelo este deja de ser todo poderoso, la soberanía deja así de residir en una persona (Absolutismo) y se traslada al conjunto de la comunidad política, que es la encargada de legitimar la acción de gobernar. El modelo político propuesto por Rousseau es, por tanto, la Democracia directa.

Por ello para acabar con esta situación de aceptar ser gobernado y que el gobernante deje de ser todo poderoso y promover tanto el bien común como la justicia, Rousseau propone el establecimiento de un acuerdo, que denomina Contrato Social.

Este contrato social consiste en un pacto, mediante el cual se eliminan los egoísmos individualistas mediante la sumisión de cada ciudadano a la Voluntad General asamblearia y una función del Estado, convertido en gobierno que sea un cuerpo intermedio entre los subidos y el soberano.

En este punto, me quisiera detener para señalar lo que había comentado, de la figura del Estado como ente moral, Rousseau le da esta categoría al Estado, al señalar que, si el Estado o la ciudad no es más que una persona moral cuya vida consiste en la unión de sus miembros, y si el más importante de sus cuidados es el de la propia conservación, preciso le es una fuerza universal e impulsiva para mover y disponer de cada una de las partes de la manera más conveniente al todo.[48]

Aquí le quita al Estado ese absolutismo y univocidad, al darle el peso de que sin los miembros el Estado desaparece, donde el gobernante necesita de la participación de todos para su conservación, por ello en este Contrato si hay una obligación del gobernante en cumplir el pacto de unidad.

Al Estado lo reconoce como ente moral y se pregunta a su vez ¿qué es el gobierno? Un cuerpo intermediario establecido entre los súbditos y el soberano para su mutua comunicación, encargado de la ejecución de las leyes y del mantenimiento de la libertad tanto civil como política.[49]

Con Rousseau la relación soberado-súbdito ya es vis a vis, me subordino súbito a tu poder pero por una necesidad de mutua necesidad, ya no es una relación subordinada, donde el soberano tiene un poder divino, univoco, absoluto y despótico, por eso dice Rousseau llamo, pues, gobierno, o suprema administración, al ejercicio legítimo del poder ejecutivo, y príncipe o magistrado, al hombre o cuerpo encargado de esta administración. En el gobierno se encuentran las, fuerzas intermediarias, cuyas relaciones componen la del todo con el todo, o del soberano con el Estado.[50]

Finalmente, un elemento nuevo e importante en el esquema de Rousseau, en la conformación del Estado, tiene que ver con lo del Sufragio Universal, mecanismo que los gobiernos modernos tienen para legitimarse, donde el poder ya no es delegado en el soberano en forma absoluta, sino que se crea el Poder Legislativo el cual va a promulgar leyes menos rigurosas, el cual a su vez es el representante del pueblo el cual va a llegar las inconformidades con el soberano; un poder judicial que va a ejecutar las leyes que el legislativo le envíe y juntos los tres y el pueblo harán que la federación salga adelante.[51]

En suma, en el modelo Rousseniano, lo que le da sentido al Estado, es el pacto, el contrato social que se obligan a llevar a cabo para darle sentido,  el Estado es el producto de la actividad humana, donde sin ciudadanos no hay Estado, por lo que para que surja este, surge la asociación para tal fin.

Este acto de asociación convierte al instante la persona particular de cada contratante, en un cuerpo normal y colectivo, compuesto de tantos miembros como votos tiene la asamblea, la cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad. La persona pública que se constituye así, por la unión de todas las demás, tomaba en otro tiempo el nombre de ciudad  y hoy el de república o cuerpo político, el cual es denominado Estado cuando es activo, Potencia en comparación con sus semejantes. En cuanto a los asociados, éstos toman colectivamente el nombre de pueblo y particularmente el de ciudadanos como partícipes de la autoridad soberana, y súbditos por estar sometidos a las leyes del Estado.[52]

Es pues, Rousseau la pared del desarrollo del Estado, ya que culmina lo que los otros autores plantearon en su momento para el surgimiento de los Estados-Nación, donde al su filosofía política contener elementos de la libertad y la igualdad y principalmente con su libro del Contrato Social, se señale que fue uno de los muchos incitadores de la Revolución francesa y de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, que surgió después.

12. REALIDAD SOCIAL DEL ESTADO

Como había señalado en la introducción, ¿De qué realidad social  pretende dar cuenta el concepto de Estado? El Estado es el producto de la actividad humana, donde sin ciudadanos no hay Estado, donde si no hay una defensa de sus intereses contra otros pueblos entonces tampoco hay ni se necesitaría un Estado.

Siguiendo a Héller el Estado no es posible sin la actividad conscientemente dirigida a un fin, de ciertos hombres dentro de él, ¿Qué significa?

El ser humano al pasar de nómada a sedentario y contando en principio con una rudimentaria estratificación social, pero suficiente para un grupo tener los medios de producción y el otro solo la fuerza de trabajo, este es el momento, como señala Héller en que se produce una determinada situación cultural, a saber, el asentamiento en un determinado lugar geográfico, limitado por la vecindad de otros pueblos, hace precisa una unidad de acción para la protección de este espacio, así como para su eventual ampliación.”[53]

Claro está tuvieron que pasar del modo de producción de la comunidad primitiva a la feudal donde en principio como señala Héller esa necesidad de una solidaridad territorial para las cuestiones que de tiempo en tiempo se presenten en lo exterior, (a un no da) ni con mucho, de fundamentar la función de lo que desde el Renacimiento conocemos como Estado.”[54]

Se tuvo que llegar al ocaso del feudalismo, donde se dan los antecedentes del capitalismo, con los burgos, donde hay un alto grado de división del trabajo social y, condicionada por ella, cierta permanencia y densidad de las relaciones de intercambio e interdependencia[55] donde surgen los burgos, antecedentes de las grandes ciudades, donde se da una ampliación de la producción,  la productividad y un amplio desarrollo del comercio entre burgos; basado en la producción de mercancías, desarrollo del capital comercial.

Esa intensidad de una conexión permanente de vecindad es lo que  hace necesaria una organización territorial permanente y unitaria esencialmente referida a la demarcación espacial, organización a la que se da desde Maquiavelo el nombre de Estado.[56]

El Estado, surge como una necesidad social ante el desarrollo de los procesos históricos, Marx les llamaría los modos de producción, el Estado es una totalidad social, este está inscrito en la totalidad social, contenido en interacciones de elementos  múltiples que conforman un todo en movimiento. La acción del Estado es la que interesa, ella no se guía por categorías.[57]

13. EL PAPEL DE LA TEORÍA DEL ESTADO, EN EL PARADIGMA LLAMADO ESTADO

A la pregunta de ¿cuál sería el papel de la disciplina Teoría del Estado en el proceso de conocimiento de esta compleja realidad, el Estado? Podríamos responder simple y llanamente: .Analizar, teorizar y categorizar el Estado y sus procesos a lo largo de la historia, con una serie de interrogantes a manera de variables de estudio que se plantea la necesidad de determinar:

¿Cuál es el objeto de la materia a estudiar?, ¿Qué es el estado?, ¿Cuáles son las características esenciales y accidentales que configuran su ser?, ¿Para qué existe el estado?, ¿Por qué existe el estado?, ¿Por qué debe existir el estado?, ¿Cuál es la estructura del estado y cuáles son las actividades que desarrolla?

Como se vio en el desarrollo del ensayo, estas preguntas iban implícitas en cada apartado, sin a veces hacer la pregunta, por ello, la teoría del Estado es una ciencia del ser social político que habita el territorio del Estado. Acompañada del Derecho para analizar el deber del ser social jurídico, que también lo es el ser social político. El Estado es la sociedad política normada jurídicamente.

¿Es suficiente? Considero que no, mas a un que se confunde muchas veces Estado y Gobierno haciéndolos ver como sinónimos lo cual es un error.

Por ese supuesto sinónimo se le adjudica al Estado los diferentes modos de producción desde el esclavista, al capitalista y llamarle “Estado neoliberal” por ejemplo, donde debería ser “Gobierno de corte neoliberal.”

Por ello la doctrina marxista cae en el error al señalar al Estado como resultado de las condiciones económicas que consagra los intereses políticos y económicos de las clases dominantes;  y es al gobierno como ya señale al que se le debería adjudicar esa categoría, claro está la clase política en connivencia con el poder económico y financiero crean las condiciones para el sojuzgamiento de las masas y hacer del gobierno, un gobierno mínimo, no un Estado mínimo como se dice en la jerga política.

En vista de que el gobierno es un órgano colegiado con personalidad física, (diferente del Estado que tiene como ya mencione una personalidad moral) ya sea que esté al frente  un Presidente o Primer Ministro, dependiendo de la modalidad ya sea Presidencialista o Parlamentario con sus diferentes variantes; y un grupo de Ministros o Secretarios que lo apoyan, al que una Constitución y/o Estatuto  le atribuye el Poder Ejecutivo.

Y el Estado es un ente no perceptible empíricamente; no es un objeto material, es un ente abstracto. Es una creación intelectual destinada a nombrar a una creación social compleja. El Estado es un producto de la cultura; es una obra artificial de la sociedad construida para su servicio. El Estado es un orden de la conducta política.[58]

Es pues, una (de tantas) función de la Teoría del Estado, desvelar las dudas y aclarar los nubarrones que se dan cuando se habla del Estado-Gobierno como una misma cosa.

Hermann Héller lo describe de forma muy sucinta, qué papel juega la teoría del Estado y nos dice que la teoría del Estado “se propone investigar la especifica realidad de la vida estatal que nos rodea. Aspira a comprender al Estado en su estructura y función actuales, su devenir histórico y las tendencias de su evolución.[59]

En términos generales, la teoría del Estado es una ciencia del ser social político. El Estado es la sociedad política normada jurídicamente. De aquí que siendo la norma jurídica uno de los elementos integrantes del Estado, la disciplina científica que estudia al fenómeno social y cultural jurídico está en relación directa con la ciencia que estudia al Estado, que es el todo relacional humano organizado política y jurídicamente y del cual el derecho es una parte fundamental.

El gobierno o los órganos de gobierno son simplemente órganos de realización, ejecución y administración de las decisiones superiores; diferenciándose del Estado ya que constituye una categoría superior a la que se le atribuye una forma y un sistema de gobierno, incluyendo en su dinámica funcional al gobierno mismo. Dicho término hace referencia al ejercicio del poder estatal o a la conducción política general.[60]

Y si vemos las funciones de cada uno, nos damos cuenta que no son las mismas o por lo menos no como hibrido.

13.1. FUNCIONES DEL ESTADO

La función de fuerza, de derecho y de civilización.

Las primeras suponen la manifestación coactiva del aparato estatal en defensa del orden interior del país o para responder ante un fenómeno de carácter militar o político.

Las segundas son las correspondientes tanto a la función legislativa como a la jurisdiccional, entendiéndose como aquellas mediante las cuales se lleva a cabo la administración de justicia.

Finalmente, las terceras son aquellas cuyo propósito es promover el desarrollo social, cultural y educativo de la sociedad, así como el alcance del bienestar general.[61]

13.2. FUNCIONES DEL GOBIERNO

Respecto a sus funciones concretas, se distinguen cinco funciones principales: 1) ejercer la dirección general de la política nacional; 2) supervisar la implementación de las políticas públicas; 3) movilizar el consenso y el apoyo para el éxito de esas políticas; 4) asumir los aspectos ceremoniales del liderazgo y 5) ejercer el liderazgo en situaciones de crisis, es decir, el ejercicio de poderes efectivos en situaciones de emergencia.[62]

En suma la teoría del Estado, a la ves de dilucidar y determinar la diferencia entre Estado y Gobierno, también su función estriba en no justificar tal o cual Estado existente, sino la explicación de cómo surgen los estados, cómo se organizan y cómo se produce su decadencia.

14. CONCLUSIONES

Como se vio en el desarrollo del ensayo, el Estado no existió siempre, fue producto de la necesidad humana, como forma de organización social, política, económica, cultural conforme se fue desarrollando, desde que dejo de ser nómada a sedentario, desde que descubrió que podía apropiarse de bienes de consumo y que estos podrían ser hurtados por otros que solo tenían su fuerza de trabajo, donde se dio paso a las clases sociales, donde se requirió en ese espacio territorial quien gobernara, donde el gobierno es una parte  importante del Estado, ya que va a ser usado como instrumento de dominación, que responda muchas veces a los intereses de la clase dominante.

Como vimos, el gobierno es el órgano de realización, ejecución y administración de las decisiones superiores y se diferencia del Estado, ya que el mismo representa una categorización superior, donde quien detenta el poder es finito, el Estado no.

Por otro lado, como se señaló, el Estado es el producto de la actividad humana, donde sin ciudadanos no hay Estado, donde si no hay una defensa de sus intereses contra otros pueblos entonces tampoco hay ni se necesitaría un Estado.

 BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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[1] Hernán, Ouviña, “El Estado: su abordaje desde una perspectiva teórica e histórica” en Lifszyc, Sara (comp.) Introducción al conocimiento de la Sociedad y el Estado, Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 2002, p. 2.

[2] Hernán, Ouviña, op. cit., p. 2.

[3] Dalla Vía, Alberto Ricardo, Jellinek, George, Consideraciones sobre la Teoría general del Estado, en Revista Cuestiones Constitucionales, N° 14, enero-junio 2006, p. 335.

[4] Héller, Hermann, Teoría del Estado, México, F.C.E., 1998, p. 258.

[5] Porrúa Pérez, Francisco, Teoría del Estado, México,  Porrúa, 2005, pp. 26-27.

[6] Porrúa Pérez, Francisco, op. cit., p. 25.

[7] Gómez, F. Teoría del Estado, México, Diana, 1992, p. 361.

[8] Davin, Jean, Doctrina general del Estado, México, UNAM, 2003, p. 101.

[9]Davin, Jean, op. cit, p. 102.

[10]Davin, Jean, op. cit, p. 103.

[11]H. Sabine, George, Historia de la Teoría Política, México, F.C.E., 1996, p. 31.

[12] H. Sabine, George, op. cit., p. 31-32

[13] H. Sabine, George, op. cit., p. 116.

[14] H. Sabine, George, op. cit., p. 118-119.

[15] H. Sabine, George, op. cit., p. 157.

[16] H. Sabine, George, op. cit., p. 157.

[17] Bobbio, Norberto, La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político, México, F.C.E., 2006, p. 58.

[18] H. Sabine, George, op. cit., p. 153.

[19] Bobbio, Norberto, op. cit., p. 58.

[20] Aguilar Villanueva, Luis F., Política y racionalidad administrativa, México, Instituto Nacional de Administración Publica, 1982, p. 15.

[21] Aguilar Villanueva, Luis F., op. cit., p. 15.

[22] Laski, Harold, el Liberalismo Europeo, México, F.C.E., 1989, p. 11.

[23] Maquiavelo, Nicolás, El Príncipe, México, Espasa-Calpe, 1998, p. 3

[24] Ouviña, Hernán, op. cit., p. 4.

[25] H. Sabine, George, op. cit., p. 269.

[26] Maquiavelo, Nicolás, Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio, México, Espasa-Calpe, 1998, p. 12.

[27] Echandi Gurdián, Marcela, El concepto de Estado y los aportes de Maquiavelo a la Teoría del Estado, Revista de Ciencias Jurídicas Nº 119 (155-184), Universidad de Costa Rica, mayo-agosto 2009, p. 160

[28] Citado en Echandi Gurdián, Marcela, op. cit., p. 159-160.

[29] H. Sabine, George, op. cit., p. 271.

[31] H. Sabine, George, op. cit., p. 313

[32] H. Sabine, George, op. cit., p. 313.

[33] H. Sabine, George, op. cit., p. 313.

[34] Bobbio, Norberto, op. cit., p. 81

[35] H. Sabine, George, op. cit., p. 317

[36] Bobbio, Norberto, op. cit., p. 81-82

[37] H. Sabine, George, op. cit., p. 317

[38] Bobbio, Norberto, op. cit., p. 84

[40] Hobbes, Thomas,  Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y Civil, México, F.C.E., 1984, p. 141

[41] Hobbes, Thomas., op. cit., p. 155.

[42] Cortés Rodas, Francisco, El contrato social liberal: John Locke, revista Co-herencia, vol. 7, núm. 13, julio-diciembre, 2010, (99-132), Universidad EAFIT Medellín, Colombia, p. 101.

 

[43] Cortés Rodas, Francisco, op. cit., p 101

[44] H. Sabine, George, op. cit., p. 408.

[45] H. Sabine, George, op. cit. p. 410.

[46] Juan Jacobo Rousseau, El Contrato Social, México, UNAM, 1985, p. 3-4

[47] George H. Sabine, op. cit., p 445

[48] Rousseau, Juan Jacobo, op. cit., p 27

[49] Rousseau, Juan Jacobo, op. cit., p 53

[50] Rousseau, Juan Jacobo, op. cit., p. 53

[51] Rousseau, Juan Jacobo, op. cit., p. 7

[52] Rousseau, Juan Jacobo, op. cit., pp. 15-16.

[53] Heller, Hermann, op. cit., p. 259.

[54] Heller, Hermann, op. cit., p. 259.

[55] Heller, Hermann, op. cit., p. 259.

[56] Heller, Hermann, op. cit., p. 259.

[57] Reyes Heroles, Federico, Ensayo sobre los fundamentos políticos del Estado contemporáneo, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1983, p. 28.

[58] Pericola, María Alejandra, El objeto de estudio de la Teoría del Estado, en Academia. Revista sobre enseñanza del Derecho, año 11, número 22, 2013, (pp. 249-271), p. 253.

[59] Heller, Hermann, op. cit., p. 21.

[60] Rodríguez Suárez, Maura.; García Domínguez, Claudia y Justafré García, Yeslin,  La diferencia técnica- jurídica entre estado y gobierno, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, Junio 2012, p. 2

[61] Rodríguez Suárez, Maura.; García Domínguez, Claudia y Justafré García, Yeslin, p. 3

[62] Rodríguez Suárez, Maura.; García Domínguez, Claudia y Justafré García, Yeslin, p. 4

 

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